Cuando sucedió la gran inundación del Mississippi en 1927, la gente Chatterlee pensaba que los campos anegados y el rugir del río era su mayor problema. Hizo falta la aparición de un coloso de piel negra al que los blancos no podían intimidar, contener o forzar a nada para revelar que el pueblo no se estaba desmoronando a causa de un desastre natural, sino por algo mucho más profundo y siniestro: una cultura que aprovechaba fenómenos naturales para justificar la división y la segregación. ¿Hasta dónde puede llegar una comunidad para defenderse contra una fuerza implacable? ¿Es capaz de ir más allá de lo que conoce para aceptar la ayuda de un incomprensible desconocido? Su sobrevivencia depende de ello...